Soledad- Victor Català
Victor Català
En mis retos y «aventuras lectoras» jejejeje, siempre encuentro alguna sorpresa, alguna joyita que desconozco, de esas que emocionan y remueven por dentro.
Este pasado año 2.016 (uff, pasó volando) el gran descubrimiento ha sido la novela Soledad, de la escritora Victor Català.
Lourdes llrg, en su blog El despertar de un libro, organizó una lectura conjunta para conmemorar los 50 años transcurridos del fallecimiento de esta genial escritora, Caterina Albert i Paradís, más conocida como Victor Català.
Mil gracias Lourdes, por este regalo ; )
Es necesario conocer la existencia de este duro pero sorprendente y atrevido relato. Mila, su protagonista, es fascinante y su historia, en ocasiones, no te va a parecer muy alejada de ciertas realidades actuales.
Nos apuntamos varias conocidas y ha sido un placer intercambiar impresiones con todas ellas. Muchas gracias a Rosa Berros Canuria , Lorena del blog El pájaro verde y a Carmen Forján por dejarnos celebrar tertulias virtuales en Los libros de Carmen y amigos.
¿Te apetece conocer a Mila?, pues ahora mismo te la presento.
¿Estas preparad@ para hacer un pequeño viaje?. No vamos muy lejos, solo a las montañas del Pirineo catalán, en el año 1.905, aproximadamente : )
Ermita de Santa Caterina 1923
Matías y Mila, son una pareja de recién casados. Él ha encontrado trabajo como guardés de una ermita perdida en un rincón de la montaña, aislada totalmente de la civilización, en un entorno precioso pero sobrecogedor y terriblemente solitario.
Pronto te vas a dar cuenta que en este matrimonio nada es lo que parece. Ninguno de los dos está enamorado ni feliz por este comienzo de una vida juntos.
Mila se ha casado llevada por los convencionalismos sociales, quizás porque es lo que tocaba, lo que se espera de ella.
En el mundo de Mila, en su época, una mujer necesitaba un marido para poder realizarse, para no estar sola. Ella, bajo esa situación de dependencia, esconde infinitas inquietudes, pasiones y emociones cargadas de sensualidad. Es una mujer que siente, capaz de pensar por sí misma y buscar su identidad.
¡Qué paradoja!, huye de la soledad para encontrarse más sola que nunca, con un marido que ni la entiende, ni se molesta en escucharla. No le presta ninguna atención.
La convivencia es frustrante. Matías es un hombre apático, vago, sin ningún tipo de personalidad y Mila va del desengaño a la insatisfacción. ¡Ay Matías, esta chica es mucha mujer para ti!.
Ella busca desesperadamente calmar su soledad, su instinto maternal, sus ganas de amar, de sentirse querida y de pertenecer a algún sitio.
By Matt Wisniewski
Nuestra amiga es un personaje complejo, lleno de matices, una mujer muy moderna, atrevida, que experimenta y pone nombre sin tapujos a sensaciones no muy bien vistas en un momento en que la mujer no podía expresar sus deseos y pasiones, su sexualidad y feminidad. Se va descubriendo sexualmente y su erotismo busca la compañía emocional y espiritual, conectar con esa figura masculina; padre, amigo, amante, un compañero de viaje…¿y por qué no? disfrutar del placer compartido.
Esa sexualidad frustrada provoca muchos conflictos interiores y psicológicos. Es horrible culparse por sentir y ser valiente.
Antes del baño. Ramón Casas
Mila se funde con la montaña, con su naturaleza misteriosa, salvaje y a la vez encantadora.
La montaña cautiva, es todo un símbolo, el alma, la energía y fuerza motriz de toda la trama. Un lugar donde perderse y a la vez encontrarse, resurgir.
Ilustración de Arcadi Mas i Fondevila
Escena de la película basada en la novela. Dirigida por Roma Guardiet
Mila no llega a estar sola del todo. Alguien le tiende una mano, su amigo el pastor Gaietá,un personaje clave, mágico, lleno de humanidad. Gaietá es un bálsamo, le aporta seguridad. El pastor sabe escuchar, reconforta, no sabe que es un filósofo, un pequeño sabio. Su sabiduría reside en lo cotidiano, la belleza de lo simple y las pequeñas cosas. Sus palabras, sus cuentos e historias llegan al corazón de Mila y de cualquiera que sea capaz de entender. En este mundo tan urbano, tan moderno, tan loco y complejo hemos perdido ese contacto con lo que verdaderamente importa.
Paseando con Mila y Gaietá te vas a enamorar de su montaña, de parajes agrestes y magníficos, quizás algo idealizados y sobrenaturales. Serás capaz de percibir sus olores, la luz y la oscuridad, sus sonidos, el brillo del cielo y la maravilla del cambio de estaciones. Una naturaleza libre y algo salvaje, las sensaciones son penetrantes.
Atrévete a disfrutar del placer de caminar y si te enfrentas a tus propios miedos, la melancolía y al vértigo que dan las alturas, quizás, como Mila, aprenderás a amar esos paisajes, las tradiciones y leyendas que esconden, pero sobre todo aprenderás mucho de ti mism@ ; )
Ilustración de Arcadi Mas i Fondevila
By Edward Weston
Puede que en la soledad de esas montañas, Mila sea capaz de extraer la fuerza necesaria para romper con las ataduras y reinventarse. Creo que nuestra protagonista es capaz de todo.
Víctor Català escribe desde la valentía y la sinceridad. Tiene una enorme sensibilidad y habilidad descriptiva. Si tengo que destacar algo, es que su riqueza expresiva es asombrosa, por no hablar del dominio del lenguaje.
Me asombra su creatividad, su capacidad para crear un personaje de carne y hueso, vivo y emocionante. Su estilo es muy sugestivo, escribe con mimo y detalle.
En Mila hay mucho del espíritu rebelde de la escritora.
Caterina Albert i Paradis nació en 1869 en L’Escala, un bonito pueblo marítimo del ampurdán.
Su padre era un político y abogado de tendencia liberal y republicana, que habilitó un antiguo granero para que su hija pudiera leer y escribir. Caterina tenía también otras pasiones; la pintura, la escultura, la arqueología…y no lo hacía nada mal.
Víctor Català
Caterina Albert trabajando en su estudio. Autor: Joan Lassús, Museo de la Anchoa y la Sal
Le gustaba mucho pasar el tiempo en esa habitación del granero que ella llamaba «su nido». Leía todo lo que caía en sus manos y compraba libros y revistas.
«Yo era todo ojos, mirar, leer y tengo una memoria visual muy grande»
La pequeña se educó en casa, solamente fue a la escuela primaria de su pueblo y luego a un pensionado en Gerona, donde comenzó sus estudios de francés. Esta educación autodidacta se vio fomentada por su madre que escribía poesías y su abuela, una gran conocedora de las tradiciones y la cultura popular.
A Caterina le entristecía el empobrecimiento del catalán y la desaparición de muchas de sus palabras.
La ideología de su padre, que tuvo que exiliarse durante un tiempo por haber participado en el alzamiento federalista ampurdanés de 1.869, influyeron en el catalanismo de Caterina, muy afín a las doctrinas de Enrique Prat de la Riba.
Era una mujer indómita que amaba su libertad, tenía energía, seguridad en si misma y era muy coherente. Sinceramente decía que ella escribía «tal y como salia y listos», pero tenía un don, era muy trabajadora y constante.
En 1.898 ganó los Jocs Florals de Olot con un monologo teatral llamado La Infanticida. Una obra desgarradora y desafiante que escandalizó al jurado cuando se enteraron que estaba escrita por una mujer. Desde entonces decidió esconderse bajo el seudónimo masculino de Víctor Català, para poder escribir con mayor libertad. Se atrevió también con la poesía.
Siempre trató de defender su independencia frente a las normas y las corrientes, huía de cualquier escuela y no le interesaba demasiado la vida social o pública. Sin embargo, mantuvo contacto y una gran amistad con los grandes escritores de la época como Joan Maragall y Narcís Oller.
Viajó muy poco, siempre quiso estar al lado de su familia, hasta que en 1.904 dispuso de un piso en Barcelona.
En 1.902, coincidiendo con el auge de la corriente modernista, publica Dramas rurales, con textos y dibujos realizados por ella misma. Así se estrenó en la escena literaria catalana. Le siguieron Sombrías, Cantos Vivos y su obra maestra, la maravillosa novela Soledad.
La historia de Mila se publicó por entregas en la revista Joventut, la más importante y representativa del modernismo catalán.
A partir de 1.907 la escritora desaparece, no publica nada. Ha surgido la corriente novecentista más intelectual y racional.
Caterina se retrae un poco, cree que no tiene nada que decir, pero su capacidad narrativa no se detiene y va evolucionando y experimentando cambios.
A partir del 1.923, publica varias narraciones cortas y en 1.926 aparece su segunda y última novela Un film 3000 metros.
Estuvo vinculada a los Juegos Florales de Barcelona, incluso en 1.917 los presidió. Fue miembro de la Academia de la Lengua Catalana y de la Academia de Buenas Letras de Barcelona.
Barcelona. Canaletas 1910
Santiago Rusiñol
En 1.944 se recopilan sus narraciones en castellano en Retablo. Con la editorial Selecta se editan sus últimos trabajos: Vida Molienda y Jubileo.
Para mí ha sido un verdadero placer conocerla y pasar unos días leyendo esta novela. No deberías perdértela ; )
«Quien mucho proyecta y nada hace, si nada era, nada será»– Víctor Català