Lartigue es el fotógrafo de la vida,de la alegría,la ilusión y las ganas de vivir.Para este gran artista «La vida es algo maravilloso que baila,salta,vuela,ríe y pasa».
Y ¡qué rápido pasa! : ) La vida,vista a través de los ojos de Lartigue,es muy bella.
Sus fotografías son espontáneas,mágicas.Captan instantes felices que a la vez esconden cierta melancolía.Lartigue estaba obsesionado con fijar en su memoria todas las cosas que le maravillaban,por congelar cada minuto feliz,parar el tiempo.Y como si se tratara de un mago,casi lo consigue…pero ¡la felicidad es tan frágil!.
Nace en 1.894 en Courbevoi,Francia,en una familia acomodada.Su padre era banquero muy aficionado a la fotografía y cuando Jacques Henri cumple siete años le regala una cámara fotográfica.Lartigue no vuelve a separarse de su cámara nunca más y desde entonces pasa toda su vida fotografiando lo que ve.Hacía fotografías para sí mismo,porque le gustaba lo que veía,pero toda su obra es un documento único y extraordinario de una época y una forma de vivir.Lartigue captaba lo que le apetecía y le llenaba,fotografiaba para sí mismo y lo hacía con un gusto exquisito,especial y un espíritu fresco y juvenil.Como un niño curioso que solo quiere divertirse.Nunca perdió la inocencia.
Supo reflejar las preocupaciones de una sociedad que se transformaba muy rápidamente y de manera radical.El mundo era muy convulso (¿cuándo no lo ha sido?): la Primera Guerra Mundial,la Revolución Rusa,los locos años 20, el fascismo…pero Lartigue huye de todo ello,no busca esos conflictos.Trata de ver la vida desde su perspectiva más optimista.
En su registro fotográfico llevaba diarios explicativos,en los que contaba quien aparecía en la foto,donde estaba tomada..quería narrar su vida.Lartigue era un niño enfermizo y entendió muy pronto que la felicidad dura pequeños instantes y que la mejor forma de detenerla y explicarla es mediante la escritura, la fotografía o la pintura.
Escenas de niños,sus amigos,sus primos,la playa,su hermano Zissou,juegos,damas de la alta sociedad de los años 20…son retratados desde un punto de vista muy atractivo,con encuadres muy modernos que no se habían visto hasta entonces y un lenguaje muy personal.Sus primeras fotos reflejan su vida familiar,desenfadada y burguesa de principios de siglo.Transmiten una alegría y una sensación de ligereza y enorme belleza,tienen alma.Puedes oír las risas,el sonido del mar,la brisa…como si estuvieras soñando.
La velocidad,el movimiento,los automóviles también le cautivaban.Quería atrapar esa fugacidad,esa rapidez.
Lartigue buscaba disfrutar,aprovechar la vida al máximo.No tenía ninguna pretensión artística,solo atesoraba recuerdos.Su sueño era llegar a ser un día un gran pintor.
Trabajaba siempre en blanco y negro y muy pocas veces utilizaba el color.Pensaba que en blanco y negro, los claroscuros tenían mayor fuerza y contraste.El color lo descubrió cuando tenía 17 años y lo anotó en su diario:
» Antes, cuando veía un día maravilloso, sentía una especie de fiebre: una mezcla de ansiedad y desesperación. Pero esta mañana tengo placas de autocromo. ¡He instalado mi trípode y mi cámara frente a unos árboles rodeados de la azul neblina y me siento feliz! Siento la calma…”.
Debía de ser un tipo muy entusiasta y apasionado : )
Otro de sus temas son las mujeres y el mundo femenino.Las mujeres de Lartigue son sensuales,elegantes,bellas y sutiles.
Fue descubierto de forma tardía y fortuita, en 1.963, por John Szarkowsky,el conservador de fotografía del MOMA de Nueva York.Entonces llegó el reconocimiento a su obra única y genial.En 1.974, el Presidente de la República Francesa,Valéry Giscard d’estaing le encarga su retrato oficial. Surge una solida amistad entre ellos y Lartigue donó toda su obra el Estado.
Cuando contemples sus fotografías,probablemente te olvides de los problemas e incluso de ti mismo,durante un ratito sentirás que la vida es estupenda,divertida y se te escapará alguna que otra sonrisa.
«¡Es maravilloso,maravilloso!,nada será nunca tan divertido.Voy a fotografiarlo todo,¡todo!».Jacques Henri Lartigue