La lectura de los libros de Jane Austen nos permite realizar un delicioso viaje en el tiempo, un paseo por los condados de Hampshire y Somerset, en el sur de Inglaterra.
Jane, siempre es una buena compañera de viaje : )
Austen, nació en Steventon, un pequeño pueblo situado en el norte del condado de Hampshire. Sin embargo,ciudades como Bath, Chawton, Winchester, tuvieron una gran importancia para ella.
La campiña inglesa, sus encantadores y pintorescos pueblecitos y ciudades, fueron los escenarios imprescindibles, no solo en la vida de Jane, también de sus novelas. Siempre ese ambiente tan «cosy», atractivo, tan british, que tanto me gusta.
¡Qué bien supo describirnos estos paisajes!, ¡qué maravilla es conocer de su mano el ambiente y la sociedad de la época!.
La primera parada de nuestro tour literario nos lleva a Steventon, donde, en 1.775, nació nuestra Jane.
Era la séptima hija del reverendo George Austen, el párroco anglicano de la rectoría de la localidad, y de Cassandra Leigh.
Desde bien chiquitina brillaba por su ingenio, agudeza y sentido del humor. Su apariencia tímida e introvertida escondía una gran capacidad de observación y de crítica. El reverendo Austen era propietario de una buena biblioteca y toda la familia eran ávidos lectores. En la rectoría eran frecuentes las representaciones teatrales.
Pero claro, ya sabemos que en aquel momento el mundo era por y para los hombres. Jane y su hermana Cassandra, asistieron durante un tiempo a un internado en Reading, sin embargo, fueron educadas prácticamente en casa. Las dos estaban muy muy unidas, eran confidentes. Papá, dejaba tímidamente y con precauciones que escribieran un poquito, que dibujaran.
Se las enseñaba lo justo y necesario para ser merecedoras de un buen matrimonio, su destino era ser esposas y madres. Los tutores, institutrices o sus propias madres eran los encargados de enseñar música, idiomas, pintura y lo más importante, a comportarse bien; un manual sobre la perfecta mujer florero. Atractivas, siempre calladitas y sin pensar.
El universo femenino no iba más allá del hogar, del saloncito de la casa. Ser mujer en esta época no era nada fácil y el panorama para la que no tuviera dinero o dote era mucho más terrorífico.
Jane consiguió con sus novelas evadirse de ese entorno de normas rígidas y convencionalismos que asfixiaba a las mujeres, un mundo para el que ella misma no estaba hecha. Tuvo la posibilidad de dar a conocer su opinión, su crítica entre inocente, astuta y de un humor inteligente. Sus relatos están protagonizados por heroínas inteligentes, temperamentales y con personalidad que tratan de huir del destino marcado.
Los Austen pertenecían a la burguesía rural inglesa, protagonista en muchas de sus historias. Un entorno estrictamente regulado donde la vida transcurría asistiendo a la iglesia, socializando con los amigos y vecinos, celebrando picnics al aire libre o veladas musicales, cenas, tertulias, tardes de té y algún que otro baile en los salones de las casas. Creo que Jane bailaba muy bien.
Poco se sabe de la vida sentimental de Jane, que nunca se casó. Cuando tenía 20 años, conoció al joven Tom Lefroy, coquetearon pero no parece que fuera una relación seria. Puede que Lefroy inspirara a Austen la creación de uno de sus personajes masculinos más importante, mítico y maravilloso: el gran Mr Darcy.
Al enterarse de la muerte de Jane Austen, Lefroy viajó desde Irlanda a Inglaterra para rendir sus respetos a la autora. Dicen que Tom, en una subasta de documentos, compró la edición de la carta del esbozo de Orgullo y Prejuicio.
¿No te parece esto digno de alguna de sus novelas?.
Jane vivió en Steventon hasta que cumplió los 25 años. En un intento por casar a sus pequeñas, el reverendo decidió mudarse a Bath, la próxima parada de nuestro viaje.
En Steventon se conserva muy poco de ese ambiente rural que vio crecer a la escritora. Se puede visitar la iglesia, que permanece intacta.
Steventon, el lugar donde empezó todo ; )
Estamos ya en 1.800, y como el objetivo principal era casar a sus hijas, el reverendo ya jubilado, pensaba que el lugar ideal para encontrar un buen partido podía ser Bath y allí se mudaron. Con ellos nos vamos nosotros, ahora al condado de Somerset, siempre en el sur.
A Jane este cambio no le hizo mucha gracia, dicen que se desmayó cuando se lo comunicaron. Curiosamente, esta ciudad se convirtió en el escenario principal de muchas de sus novelas.
En este Bath del siglo XIX, se reunía en verano lo mejorcito de la sociedad con el único objetivo de ver, cotillear y dejarse ver. ¿Una sociedad un poquito frívola?, nooo, que va, jejejje.
En esa Bath bulliciosa se encontraba el ambiente social que critica en sus obras con ese tono divertido e irónico tan personal.
Los veraneantes disfrutaban de las aguas «con olor a huevo podrido» del balneario y de las antiguas ruinas romanas. En los teatros se representaban importantes obras teatrales y eran famosos sus salones de té.
A pesar de que ella no suele hablar muy bien de esta ciudad, no puedo evitar imaginarme un lugar elegante, algo decadente, atemporal y con encanto, con esas casas estilo regencia o georgianas que me fascinan . El típico sitio con sabor y en el que cada piedra de cada edificio tiene una historia que contar.
Jane, conocía perfectamente la ciudad. Sus padres se casaron aquí y la familia la había visitado con frecuencia.
En Bath se quedaron durante cinco años, hasta la muerte del padre. Entonces decidieron mudarse a Southampton, a casa de uno de los hermanos.
Dedicaron tiempo a buscar una casa y finalmente la encontraron. Se alojaron en el número 4 de Sidney Place, una casita centrica y próxima a los bonitos Sidney Gardens, donde al atardecer se celebraban fiestas musicales amenizadas con fuegos artificiales.
El número 4 de Sidney Place hoy es un hotelito decorado con mimo y seguramente será curioso dormir, estar en las mismas habitaciones por las que deambulaba nuestra amiga.
«Sería muy agradable estar cerca de los jardines de Sidney, podríamos ir al Labrinth todos los días …»
(Carta a Cassandra Austen, fechada el 21 de enero de 1801)
A Jane le gustaban los jardines, quizás el lugar perfecto para olvidarse de la nostalgia que sentía por el campo. Además dicen que disfrutaba paseando, le encantaba andar. Estar encerrada en una ciudad llena de edificios debía de ser agobiante para ella.
El primer piso de la casa tenía un agradable salón muy luminoso y soleado, también una magnifica sala de dibujo con ventanas grandes sobre los jardines.
Los ahorros de la familia Austen se agotaron con mucha rapidez y la salud del padre estaba empeorando. En Bath se mudaron varias veces de casa.
Tras la muerte del reverendo se alojaron en el número 40 de la Gay Street. Desde luego Jane, no vivió momentos muy felices en Bath.
Hoy en día es su casa museo, la sede del centro Jane Austen. En el museo se puede hacer un recorrido por su vida y obra, incluso puedes probarte algún vestido de la época y disfrazarte. Todo te transporta, los empleados están vestidos convenientemente. Se celebran exposiciones, lecturas dramatizadas, bailes de máscaras y también puedes disfrutar de un té austenita en su Regency Tea Room.
Cuenta con una tienda de regalos donde comprar recuerdos de lo más kitsch, que no se muy bien que le parecerían a la propia Jane Austen si ahora levantara la cabeza. Lo mejor es que se pueden adquirir preciosas ediciones de libros.
Si subimos Gay Street llegamos al espectacular Circus, quizás una de las visitas indispensables. The Circus es obra del arquitecto John Wood y su diseño está inspirado en el coliseo romano, constituyendo una impresionante y maravillosa galería de mansiones georgianas. Unas residencias idénticas unas a otras, de tres pisos y en las que se alojaron personajes célebres.
Wood padre falleció casi al comienzo de su construcción y The Circus fue culminada por su hijo. Algunas de las casas fueron tristemente destruidas por un bombardeo alemán en la Segunda Guerra Mundial, pero se reconstruyeron siguiendo fielmente el modelo original.
Si observas el friso que recorre toda la circunferencia, podrás contemplar hasta 500 grabados distintos con emblemas marinos y símbolos de la masonería. Los grabados de la parte superior de las casas son bellotas, como un tributo a la leyenda de la fundación de Bath, que cuenta que el rey Bladud descubrió las aguas medicinales siguiendo a un cerdo que buscaba bellotas.
Todas las mansiones tienen vistas a un precioso y agradable jardín, el Royal Victory Park.
Justo antes de empezar el medio círculo nos encontramos con el nº1 de Royal Crescent, la mansión visitable para conocer de primera mano como se vivía en aquella época y adentrarse en las costumbres del siglo XVIII. Encontrarás una bella colección de muebles y obras de arte.
Apreciarás el contraste y la diferencia entre los pisos superiores y los inferiores, arriba y abajo. Upstairs, downstairs, como la famosa y genial serie de la BBC : )
Se pueden recorrer la trascocina, los dormitorios, la cocina y la habitación del ama de llaves. El primer residente de la casa fue Henry Sandford, un apasionado de la historia natural y de las culturas de todo el mundo.
Merece la pena el paseo por las famosas Stall Street y Bath Street que invitan a soñar, despiertan la imaginación y donde es inevitable revivir escenas de la novela Persuasión.
La abadía de Bath, iglesia de San Pedro y San Pablo, es una obra maestra de diseño gótico. Es una estructura impresionante. Su origen se remonta al siglo XVIII.
Desde su amplia plaza, siempre frecuentada por artistas callejeros, podrás contemplar su increíble fachada. En el interior bello, luminoso y espacioso destaca un bella bóveda de abanico. Hay un museo dedicado a la historia de la abadía.
La abadía se encuentra próxima a los Baños Romanos y al Thermae Bath Spa.
Cuando los romanos llegaron a Bath encontraron un santuario celta en honor a la diosa Sulis, próximo a un manantial sagrado.
Pronto se dieron cuenta del poder curativo de estas aguas y rápidamente la fama del lugar se extendió por todo el imperio. En torno al siglo V, el manantial se olvidó pero, en el siglo XVII, el doctor Thomas Guidott escribió el primer anuncio publicitario de Bath. Si no acudías a Bath no eras nadie, se puso de moda ir a tomar las aguas. El neoclasicismo invadió la ciudad y todo «lo romano» era chic.
Junto a las termas se encuentran las Pump Rooms, la elegante sala con bóveda transparente donde la sociedad eduardiana se reunía para tomar los vasos de ese agua tan saludable pero de sabor desagradable. Probablemente Jane acompañaría a su padre a beberla.
Estas salas, si te apetece, nos tomaremos un té y alguna tarta o postre. ¡Qúe ricos!.
Tenemos que acercarnos al Puente de Pulteney ideal para disfrutar de fantásticas vistas del rio Avon y del esplendor arquitectónico de la ciudad. Tiene una ubicación perfecta, muy bella. Impresiona ver su iluminación nocturna.
Pasear por la orilla del río es una delicia y no nos podemos perder los escaparates de estilo antiguo de las tiendas. El puente lo construyó William Pulteney ,en el XVIII, con el objetivo de abrir la ciudad más allá del río.
La construcción fue dificultosa y los habitantes se oponían a las tiendas, ya que consideraban que le daría a la ciudad un aire medieval. Cuando se inauguró muy pocos quisieron alquilar los locales. El diseño original se veía amenazado por inundaciones y tormentas y los dueños modificaron las ventanas. En 1.936, el Ayuntamiento compró las tiendas que seguían en pie.
Otro de los lugares emblemáticos de la ciudad son los Bath Assembly Rooms, el lugar de ocio más glamuroso. Fueron inaugurados en 1.771 como punto de reunión de la alta sociedad. Se utilizaban para jugar a las cartas y se organizaban bailes y conciertos. Es una gozada contemplar sus majestuosas lámparas, arañas de cristal, originales del XVIII.
«Ser aficionado al baile era un paso inevitable para enamorarse»– Jane Austen
Inevitable recordar de nuevo momentos de las novelas de Jane. Por estos salones también se dejó ver Dickens.
Hoy, en el piso inferior, hay un Museo de la Moda.
Ni se te ocurra irte de Bath, sin probar el delicioso bollo de Sally Lunn y visitar la panadería donde cocinaba sus apetitosas recetas. El edificio de Sally Lunn data de la época medieval, aunque posteriores excavaciones han descubierto que anteriormente este lugar lo ocupaba un edificio romano. Poco se sabe de Sally, una joven refugiada francesa que llegó a Bath en 1.680 y fundó una panadería. En la actualidad también es un restaurante, ¿te apetece una cena romántica a la luz de las velas?.
El Teatro Real de Bath, es otro hermoso edificio georgiano y uno de los teatros más antiguos de Gran Bretaña.
Hay que perderse en sus parques y jardines, como el Henrietta Park.
Si hay un lugar mágico en Bath es el Prior Park, con su puente de estilo palladiano situado en el corazón de sus jardines. Diseñado por John Wood para el empresario Ralph Allen, es el rincón perfecto para tener una cita con Mr Darcy : )
«En vano he luchado. No quiero hacerlo más. Mis sentimientos no pueden contenerse. Permítame usted que le manifieste cuan ardientemente la admiro y la amo.». Mr Darcy- Orgullo y Prejuicio (Jane Austen).
La muerte del padre de Jane supone una ruptura con esta etapa de su vida. La situación económica familiar era pésima y uno de los hermanos Austen se hizo cargo de las mujeres de la familia.
Pues nada, preparamos el baúl y las maletas y nos marchamos a Chawton, en el condado de Hampshire.
Jane abandona Bath, una ciudad idílica y señorial, donde la escritora no fue nunca muy feliz.
Su hermano Edward había sido adoptado por una familia adinerada y era el dueño de una increíble mansión que hoy en día es una biblioteca y un centro dedicado al estudio de la literatura escrita por mujeres. En la finca había un precioso cottage estilo regencia, muy luminoso que les permitiría llevar una vida feliz y tranquila y era lo suficientemente amplio para poder recibir a las visitas. En el huertecito y en el plácido jardín de estilo inglés, cultivaban frutas y verduras, daban pequeños paseos.
En esta casita de ladrillo rojo se instaló con su madre, su hermana y su mejor amiga Martha Lloyd. Martha se hizo famosa por recopilar las recetas de cocina que se preparaban en la casa.
A mi me gusta imaginármelas en el saloncito, compartiendo tertulias, lecturas y chismes, reuniéndose con los amigos .
Tenían apenas 30 años y ya eran consideradas unas solteronas. Se las pedía invisibilidad y estar al tanto del cuidado de sus sobrinos. ¡Ménudo panorama!
Jane adoraba Chawton, encontró paz y serenidad. escribía muy a gusto, revisaba lo escrito y daba rienda suelta a su creatividad. Con la ayuda de su hermano comenzó a publicar algunas de sus novelas. Se sentaba en una mesita muy pequeña, mientras fingía llevar las cuentas de la casa y ¡vaya joyitas que escribió esa pluma!. Su talento siempre trataba de superar las dificultades del entorno.
Hoy esta casa es un museo y pasear por sus habitaciones te llena de emoción.
Cuando Jane se puso malita , la trasladaron a la ciudad de Winchester para consultar con un médico.
Alquiló con su hermana una habitación en College Street. Dicen que siempre fue consciente de su enfermedad y la afrontó con entereza, conservando su carácter dulce y risueño y mostrándose atenta y cariñosa con quienes la rodeaban y cuidaban. Se apagó rápidamente y en paz. Murió el 18 de Julio de 1.817.
El día 24 del mismo mes fue enterrada en la magnífica catedral de Winchester.
La catedral es pura belleza de estilo gótico y quizás la mayor atracción de esta encantadora ciudad, con sabor británico y mucha, mucha historia.
Winchester era la capital del antiguo reino de Wessex, el cuartel general de los anglosajones antes de la invasión normanda. El Gran Guillermo el Conquistador, que derrotó a los anglosajones, levantó un castillo del que solo perdura el Great Hall.
Bien, pues en el Great Hall se encuentra la legendaria y mítica Tabla Redonda del Rey Arturo…. pero eso ya es otra historia.
Hoy hemos acompañado a Jane Austen, hemos recorrido los lugares que sirvieron de inspiración para esos relatos que hoy nos siguen entusiasmando y tan buenos ratos nos hacen pasar.
¡Un placer perderse por la campiña inglesa! y…con Mr Darcy… ¡mucho más! : )